jueves, 3 de diciembre de 2015

La prosa romántica.

4. La prosa romántica. 

La novela romántica no trató casi nunca los temas contemporáneos, sino que se situó en épocas pasadas, en especial en la Edad Media, siguiendo el modelo de la novela histórica del escocés Walter Scott, con Ivanhoe. En España, la novela histórica no produjo obras de gran calidad. Destaca El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco. 
Mención especial merecen las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, una colección de relatos fantásticos ambientados en la Edad Media y publicadas cuando había pasado la exaltación romántica, que expresan la problemática íntima del autor. 

El costumbrismo, a diferencia de la novela histórica, trata la sociedad contemporánea, describe costumbres populares, personajes y oficios típicos del país. Destaca Ramón Mesonero Romanos, autor de la serie Escenas matritenses, obra que centra su atención en la vida social madrileña. 
Sin embargo el prosista más destacado del período fue Mariano José de Larra (1809-1837). Su obra más valiosa, los Artículos, pertenecen al género de la prosa didáctica. Publicados en periódicos de la época, plantean una crítica de la sociedad con la idea de reformar las costumbres de los españoles. Se clasifican en tres grupos: 
• los artículos de costumbres, en los que critica la sociedad española de su tiempo, atrasada e inculta; 
• los artículos políticos, que atacan con dureza a los carlistas, partidarios del absolutismo, y a los gobiernos liberales de tendencia moderada; 
• y los artículos literarios, que son comentarios sobre diversas obras literarias, especialmente teatrales. 
Larra pretende convencer, y para ello utiliza un estilo directo y sin complicaciones, pero con un lenguaje cuidado. Como ejemplos de sus tesis, se vale de anécdotas o historias de la vida cotidiana. En cuanto al estilo, emplea continuamente la ironía como expresión de su sentir amargo. 

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